Residuos Electrónicos
E-waste (equipos electrónicos y eléctricos residuales) son todos aquellos dispositivos eléctricos o electrónicos dañados, obsoletos, que llegaron al término de su tiempo de vida útil y se desechan. Incluyen computadoras, celulares, televisores, refrigeradores, microondas, tabletas, servidores, dispositivos satelitales de computadora, bocinas, estéreos, copiadoras, herramientas eléctricas, reproductores de CD-DVD, juguetes electrónicos, etc.
Los residuos electrónicos (e-waste) presentan la mayor tasa de crecimiento de generación que el resto de los residuos sólidos en Estados Unidos, Comunidad Europa, China y Australia. Crecimiento asociado a los cortos tiempos de vida útil de los productos electrónicos que se consumen en la actualidad. Este tipo de residuos incluyen una mezcla compleja de materiales susceptibles de reciclarse en su totalidad, y que contienen materiales peligrosos que de no manejarse adecuadamente representan un alto riesgo de impacto al medio ambiental.
De la totalidad de e-waste generados en los Estados Unidos, se estima que solo se recicla el 15% y que de un 50 al 80% son exportados a países en desarrollo, especialmente en África (en particular Nigeria y Gana). El caso de la Comunidad Europea y Australia es similar, y en el caso de China de acuerdo con el reporte de las Naciones Unidas de Daniel Powell de Agosto del 2013, se presenta la mayor disposición inadecuada de e-waste a nivel global. Para 2011 3.6 millones de toneladas de e-waste fueron dispuestas domésticamente en China
Los residuos electrónicos representan una fuente de materia prima de fácil acceso no aprovechada. La composición de los e-waste incluye materiales reciclables como los plásticos, materiales ferrosos, vidrio y metales (aluminio, cobre, plomo, mercurio, plata, oro y cadmio) entre otros componentes. Sin embargo pueden incluir también materiales peligrosos como los bifenilos policlorados y polibromados, bisfenoles, clorofluorocarbono y americio, metales pesados (arsénico, cadmio, bario, berilio, cromo VI, plomo, litio, mercurio, níquel y selenio entre otros). De manera general de la composición de los e-waste los plásticos representan el 22.9%, los materiales ferrosos el 20.4%, el aluminio, el 14.1%, el plomo el 6.2%, el cobre el 6.9& y la sílica (en su mayoría vidrio) el 24.8%.
Los e-waste pueden ser recuperados para su nuevo uso en la cadena productiva mediante tecnologías de detoxificación (para la separación de componentes tóxicos o críticos y evitar su mezclado o la contaminación de material no peligroso, por ejemplo baterías, vidrio plomado, gases de refrigeración, etc…), trituradoras y separado mecánico (para la separación de las fracciones de materiales contenido en el e-waste como plásticos, metales, cerámicos, etc…), y procesos de refinación (para la refinación o acondicionamiento de los materiales y su posterior reincorporación en la cadena productiva o disposición final, usado especialmente para metales, plásticos y vidrios).
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